Higiene femenina en los centros educativos

Después de leer el artículo, se procede a realizar una reflexión personal sobre este tema.

Creo que la pobreza menstrual afecta al fracaso escolar. Es cierto que cuando el alumnado que se encuentra en esta situación no se encuentra seguro, conlleva a que su rendimiento y sus aprendizajes no sean lo suficiente para llegar al culmen de la escolarización.

Nunca he trato el tema de la salud menstrual en clase. Pero pienso que el motivo de que sea tabú viene de décadas y décadas de silenciarlo. El androcentrismo se ha centrado en las circunstancias de los hombres, y por supuesto, la salud menstrual no está dentro de esos ideales. Por lo tanto, hablar sobre estos asuntos es tabú entre mujeres, porque siempre las han silenciado. Esto ha degenerado hasta nuestros días. Aunque poco a poco se está mejorando.

En los centros en los que he estado trabajando nunca he visto ningún sitio ni ninguna máquina que dispense y ofrezca productos de higiene menstrual. Solo lo he visto en la universidad donde estudié.

Ha habido una regulación del precio de las mascarillas porque las necesita toda la población, tanto hombres como mujeres. Sin embargo, no existe tan regulación para los productos de higiene femenina, porque solo los utilizan las mujeres. Estamos ante otro claro ejemplo de la desigualdad de género y de que vivimos en una sociedad patriarcal.